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Colegio Bolivariano Sesquicentenario Nacional Pichincha

Location :
Plaza 6 de agosto, Potosí

Opening Hours

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  • Tuesday 08:00 - 12:00
  • Wednesday 08:00 - 12:00
  • Thursday 08:00 - 12:00
  • Friday 08:00 - 12:00
  • Saturday 08:00 - 12:00
  • Sunday -

Description

Fundado en la ciudad de Potosí un 2 de marzo de 1826 por el Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, cuyo acto inaugural fue el 7 de mayo del mismo año, en interiores del secular convento de los Betlemitas, contiguo al templo de Nuestra Señora de Belén y con vista hacia la antigua plaza de la Misericordia. Fue en ese colonial edificio conventual donde quedó establecido el primer colegio de ciencias y artes de Potosí con el notable nombre de "Pichincha" (en conmemoración a la Batalla de Pichincha), a iniciativa o sugerencia del General escocés Guillermo Miller, el que recibió la instructiva del Mariscal Sucre, para elegir uno de los conventos de la ciudad, donde habría de establecerse el primer centro de formación educacional para beneficio de la juventud citadina. En este orden, el General Miller, siendo la más alta autoridad de la jurisdicción territorial, ostentando el título de "Presidente del Departamento de Potosí" y, cumpliendo con las instructivas de su excelencia, tomó la responsabilidad de hacer la visita personal a cada una de las casas conventuales, excepto la antoniana, regentada por los frailes franciscanos —a la que se guardaba todas las consideraciones—, para ver la que más convenía en el propósito señalado. Y, dentro de todas las examinadas, el General Miller se inclinó por el convento de los Betlemitas que, al margen de reunir las condiciones para adecuarse a un centro de enseñanza superior, encontrábase en un lugar expectable de la ciudad. Esta casa que en principio fue el Hospital Real de la Vera Cruz, siendo de una construcción arcaica, ella fue reedificada en 1725 con la llegada de los religiosos pertenecientes a la Orden de Belén. Casona que en principio era de una sola planta, para luego ser enriquecida con una segunda, en estricta obediencia al diseño trabajado por el arquitecto José López Arango. Fue entonces cuando se levantaron los arcos de medio punto sobre columnas toscanas en sus dos plantas, formando los pasillos con cubierta de madera tallada y el piso con losa arenisca, manteniéndose el patio cuadrangular que era de su primogenia construcción, en cuyo centro se levantó un pedestal de piedra en forma de columna, sosteniendo al reloj del sol.